Armario: ¡te tengo dominado!

Aunque estos días grises y lluviosos quieran engañarnos, el calendario nos recuerda que ha llegado el momento de dejarnos acariciar por los primeros rayos de sol primaverales. Ya tenemos que empezar a abrirles las puertas de nuestros armarios a las prendas más finas, a estampados florales, al estilo marinero, a los tonos pastel y a todo lo que nos apetezca llevar para sentirnos en sintonía con la primavera, con sus olores y con aquellos colores que sólo queremos llevar cuando las temperaturas nos invitan a hacerlo.

El problema de todo esto es el momento en el que tenemos que hacer el cambio de estación en nuestro armario.

Para mí siempre es un trauma porque ya sé cómo acabará.

Abriré el armario, sacaré todas las prendas de invierno, las pondré encima de la cama y empezaré a analizarlo todo. Revisaré que lo que tengo que guardar esté limpio y después lo guardaré en fundas transparentes. Me probaré cosas que durante el invierno casi ni he sacado para saber en qué caja acabarán y dos horas después me daré cuenta de que no sólo no habré sacado la ropa de primavera verano, sino que además me deprimiré por enésima vez porque me daré cuenta de que en invierno, nunca tengo el valor de comprar colores.

Todo negro, marrón, blanco y gris. No hay más. Vale, este año he añadido algo en azul marino e incluso un vestidito de rayas marrón y morado, pero todo el resto siempre es igual.

De todos modos, tengo la sensación de no ser la única víctima de un armario de invierno gris.

Las razones parecen ser siempre las mismas: las tiendas en invierno suelen proponer los mismos colores. Cuando compramos además, muchas veces elegimos las prendas y los colores en función de aquello que tengamos en el armario y de cómo combinarlo y finalmente, todas las mañanas, antes de ir a trabajar con las prisas siempre hacemos las mismas combinaciones.

¿Es un poco deprimente, no?

También es cierto que, quien sigue la moda y se lo puede permitir, si ve unos zapatos negros que le gustan, los compra y no le preocupa el que tenga en casa ya otros dos o tres pares casi iguales.

Nosotros los comunes mortales en cambio, nos tenemos que preocupar un poco por nuestras finanzas y por el espacio disponible en nuestro armario.

Por este motivo es fundamental gestionar bien lo que tengamos y saber qué nos hace falta realmente y no comprar cosas demasiado parecidas entre ellas para así disponer de una mayor variedad. Por lo tanto, me propongo a mí misma y a quién quiera seguirlo, un programa de gestión inteligente del armario.

Estas son mis estrategias para tener controlado nuestro cofre gigante de las maravillas:

1. Asignar percha sólo a las prendas que realmente usamos; si tenemos poco sitio usemos perchas finas (las de metal que dan en tintorería no están mal).
2. Las perchas tienen que ser adecuadas al tipo de prenda. Si tenemos que colgar algo difícil, por ejemplo un vestido de noche largo, podemos utilizar una percha para falda (con pinzas) y proteger el vestido de éstas con unos calcetines viejos que colocaremos en medio entre el vestido y la pinza.
3. Colgar sólo lo que tiene que estar colgado. Por ejemplo sudaderas o ciertas camisetas se pueden doblar y colocar en cajones o baldas.
4. Separar y guardar, como consideremos oportuno, las prendas que no usemos -pero que todavía queremos quedarnos- de aquellas que podemos regalar o tirar según su estado.
5. Fotografiar cada prenda que queramos tener ‘activa’ en el armario y crear un álbum ‘inventario’ organizado en secciones tipo: faldas, pantalones, americanas, zapatos, etc., para saber si nos conviene comprar un pantalón negro pitillo, uno recto o un pantalón campana, por ejemplo.
6. Cuando disponemos de más tiempo o estamos más inspirados, se nos ocurren unas combinaciones diferentes a las de siempre y que podemos olvidar fácilmente. Saquémosles unas fotos o escribamos en post-it las piezas que componen ese look para luego colgarlos en las puertas internas de nuestro armario organizándolos por ‘momentos’: look para ir a trabajar, reunión importante, día de compras, discoteca, velada romántica, cena con amigos, picnic, etc.. De esta manera no olvidaremos nuestras mejores combinaciones, elegiremos las prendas más rápidamente, nuestros looks serán siempre diferentes y nuevos e identificaremos antes y mejor, las piezas que podamos necesitar para completar nuestras combinaciones.
7. Mantener el armario siempre ordenado: no se puede amar la moda y la ropa y luego buscar las cosas en el caos. Intentemos colocar las prendas por tipo: pantalones con pantalones, vaqueros con vaqueros, etc..
8. El colocar la ropa por colores no es una patología preocupante. Puede ayudarnos no sólo haciendo parecer nuestro armario más bello y menos hostil al abrirlo, sino también a encontrar las prendas más fácilmente.
9. Ídem para zapatos, bolsos y accesorios: fotos de cada cosa pegar en las puertas del armario; coloquemos las fotos por categoría (zapatos de deporte, tacones, zapatos elegantes, etc.).
10. Para los zapatos, espacio permitiendo, lo ideal es guardarlos en sus cajas. Una foto de los zapatos que hay dentro de cada caja queda muy bonito a la vista y puede ser útil cuando guardamos en cada caja más de un par de zapatos. Si no queremos pegar una foto, también podemos escribir fuera de la caja su contenido.

Esto es lo que se me ocurre para superar la ‘emergencia cambio de estación’ en el armario. Parece que haya mucho trabajo pero creo que dedicarle un par de horitas a poner un poco de orden en nuestro armario dará sus frutos no sólo económicos sino también sentimentales. Pensadlo bien: tardaremos menos en arreglarnos y nuestras parejas nos lo agradecerán.

Dicho esto, os dejo también un video de Ikea presentado por un italiano que habla un español gracioso. Estoy segura de que vosotros también tendréis vuestros truquillos para mantener el orden en vuestro armario. Venga, sed buenos y contádnoslos. Estamos deseando conocerlos.

P.D.: Gracias a ese maravilloso artista que es CCAD – Daniel Moyano que después de haber jugado con los sobrinos y de haberle arreglado el ordenador al hermano, en lugar de ponerse con sus cosas ha cumplido fielmente con el encargo de Vichy et Pois. ¡Gracias, eres un cielete!