Pues si, lo reconozco... Formo parte de ese grupo de gente a la que no le gusta despedirse y que no ama cerrar puertas. Fue hace mucho cuando escribí mi último post...
Hoy muchas cosas han cambiado... Recuerdo perfectamente ese día en el que le di a 'publicar post' y pensé... 'espero de verdad poder seguir con esto'. Pero en el fondo sabía que sería difícil... Por aquel entonces ya empezaba a vislumbrar lo que me vendría encima...
El día que fuimos a descubrir si llegaba un niño o una niña nos dijeron que venía un chico. Pero, al parecer, las cosas no iban bien...
Nos pintaron un escenario muy negro, como ellos, los médicos, saben hacer... Hablaron de valores alterados, de posibles malformaciones, de síndromes raros, de posibles incompatibilidades con la vida, de controles, operaciones...
Nos vinimos muy, pero que muy, abajo...
Fue un viernes. Volvíamos en el taxi y yo pensaba que, en cierto modo, se estaba cumpliendo lo que yo había imaginado...
Porque cuando vas a ser mamá te entran mil miedos. Te sientes vulnerable y piensas que todo lo malo te puede ocurrir. Te imaginas en muchas posibles situaciones desastrosas y piensas en cómo las vas a llevar si te toca. Y quizás, en el fondo, éste sea un ejercicio de preparación. Para que, por si acaso, no te pillen desprevenida... Una mamá necesita tenerlo todo preparado, controlado, y quizás esto forme parte de los entrenamientos necesarios. Esto es lo que pensaba de camino a casa... Intentaba recordar qué había 'previsto' hacer en un caso así...
Al llegar a casa me tumbé en el sofá porque el médico me había mandado reposo. Y Leonardo me empezó a dar patadas. Patadas tan contundentes que, por primera vez en todo el embarazo, sabía que no eran mis tripas. Leo estaba diciéndome que era fuerte. Pasaron los días y los sustos se fueron redimensionando. El 10 de octubre de 2011 llegó Leo, habiendo ganado muchas batallas incluso antes de nacer. Y lo sigue haciendo. ¡Porque es un león!
Pero en el mismo día en el que estaba naciendo Leo, a mi padre, en Italia, le operaban de esa enfermedad despiadada que está llevándose a todos nuestros seres queridos. A los pocos meses también a mi abuelo, mi segundo padre...
¡Qué difíciles han sido estos últimos tres años! ¡Y cómo me han cambiado!
Han sido años de pérdidas. Pérdidas de seres muy queridos, de costumbres, de sueños, de sueño, de trabajos, de oportunidades, de entusiasmo por escribir aquí...
Perdí por completo las ganas de escribir...
Pero es que, además, ¡qué poco interesante ha sido mi vida en los últimos 1000 días!
Si es que, con tantos pañales y luchas para la supervivencia básica no me han quedado ni tiempo ni ganas de 'distraerme' con la moda. Así que he estado totalmente out del mundo glamour. Nada de outfit a la última, ni de desfiles ni de invitaciones a eventos.
Menos mal que la he llenado con otras cosas... :)
He hecho un rehab forzoso pero me ha servido para inspirarme y alimentar nuevos proyectos.
Digamos que, aunque lejos del blog, he seguido trabajando con la moda. Le he puesto el turbo a mi tesis doctoral que espero dé sus frutos muy pronto y, además, estoy teniendo la gran oportunidad de recorrerme muchas ciudades de España con unas conferencias dedicadas a moda italiana y Made in Italy. También me he 'modernizado' en mi otra faceta profesional y he creado mi página web dedicada al estudio del italiano.
Y... en este post que incluye también mis propósitos de Año Nuevo, he decidido revelaros uno muy grande: este blog, al igual que yo hice, cambiará. Stay tuned!!! Volveré en breve para llevaros de la mano a mi nuevo mundo.
Gracias por estar ahí.
Sed felices!
Valentina
No comments:
Post a Comment