Moda italiana y española: una reflexión personal (Iª parte)

Lapo Elkann for The Sartorialist

Hace unos días Susanna, una lectora del blog, me pidió mi opinión acerca de las diferencias entre el consumo de moda en España y en Italia. Mi respuesta habría sido tan larga que finalmente preferí escribir un post entero dedicado al argumento. Encontraréis mi respuesta ordenada por puntos ya que considero esta cuestión algo muy interesante sobre la cual poder escribir un libro entero.

Aún así me gustaría acalarar que sólo se trata de mi pensamiento,  dictado más por experiencia vivida en ambos países que por un conocimiento experto sobre la cuestión.

EL SECTOR DE LA MODA EN ITALIA Y EN ESPAÑA

En líneas muy generales estoy convencida de que el italiano nace con el gen de la moda mientras que el español no.

El hecho que la moda en Italia sea un sector



muy influyente tanto desde el punto de vista económico como del social es algo sobradamente conocido. Italia cuenta entre sus diseñadores con algunos de los nombres más importantes a nivel mundial y el producto económico que se generó durante la última semana de la moda de Milán parece haber sido inferior a Paris y superior incluso a Nueva York.

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Todas las personas más influyentes en el sector de la moda a nivel mundial, periodistas, críticos, compradores, estilistas, etc. desfilan por las calles de Milán y llenan la ciudad de glamour, fotógrafos y de los más importantes fashion blogger del momento. Pero la moda italiana no sólo es Milán. También se añaden Florencia, con Pitti Uomo, y Roma, con la Alta Moda, no hay que olvidarlo.

En España también hay eventos relacionados con la moda come por ejempio la Madrid Cibeles Fashion Week, la Valencia Fashion Week o 080 Barcelona Fashion. Sin embargo se trata de eventos que, desafortunadamente, no gozan de una abertura o fama internacional y los diseñadores espanoles,  siempre en general, disponen de pocos recursos y por tanto su actividad se ve inevitablemente limitada.

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También hay que decir que España tiene de su parte un par de colosos cuya facturación, destaca notablemente dentro de lo que es el sector de la moda. Me refiero en primer lugar al grupo Inditex, constituido por las cadenas de Zara, Massimo Dutti, Bershka, Stradivarius, Uterqüe, Pull & Bear, Oysho, Zara Home. Este grupo ha sido fundado y dirigido hasta este año por Amancio Ortega, no un diseñador sino un pequeño tendero con una grandísima habilidad por los negocios, el cual contrató a un un ejército de jóvenes diseñadores que se dedican a 'copiar' el pret-à porter que vemos en Paris, Milán y Nueva York y casi de inmediato nos lo proponen al gran público a precios muy atractivos, y con una velocidad de producción que hace que, dos veces a la semana, en cada punto de venta encontremos prendas nuevas.

Otra marca española es Mango, competencia de Zara y muy afín a esta última, tanto por target de clientes como por estrategia empresarial.

Con qué empresa italiana podríamos comparar Inditex en Italia? Diría que con ninguna, pero podría  guardar cierta afinidad con el grupo Benetton en su mejor momento y con un nivel -desgraciadamente por la empresa italiana- bastante reducido.

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¿CÓMO VISTEN LOS ITALIANOS?

The Sartorialist

Bien. Queremos vestirnos bien porque para nosotros es una necesidad primaria. En nuestra pirámide de necesidades, el vestir bien está casi en el mismo escalón que la alimentación. El dress-code condiciona todas nuestras actividades y así, las mujeres, ya desde el instituto, vamos a clase maquilladas y con los bolsos de nuestras madres. En la universidad, más aún si tenemos un examen, nos disfrazamos de ejecutivas, nos 'armamos' de americana con falda o pantalón, tacones y maletín y estamos listas para luchar con nuestras uñas, siempre arregladísimas, por una matrícula de honor. Luego aprovechamos el fin de  semana para atrevernos con lentejuelas, encajes, piel, escotes, piernas al aire, taconazos, sombra de ojos negra y brillo de labios. Total, salimos en coche... En Italia es cumplir los catorze y comprarse un scooter y celebrar los dieciocho con la matrícula para el carnet de conducir. Esto significa que podemos atrevernos con prendas y zapatos más incómodos porque no hay que andar mucho a los sitios. 

Para los chicos la cuestión es ligermente diferente. El logotipo en la camiseta, en la sudadera, en la gorra, en el cinturón y en las zapatillas deportivas tiene que ser muy visisble. La camisa tiene que ser entallada, perfectamente planchada y almidonada, a medida y con las iniciales cosidas (es casi obligatorio), vaqueros sólo de marca, desteñidos y desgastados, americana también muy ajustada y sneakers llamativos, carísimos y chulísimos. Litros de colonia, gomina o cera en los mechones colocados de uno en uno estratégicamente o pelo largo, suelto y suave estilo dandy-salvaje. Este es el hombre italiano: guapo, perfumado, creído y 'demasiado cercano a la estética omosexual', según algunos españoles.

¿CÓME VISTEN LOS ESPAÑOLES?

Hay de todo. Pero también para los españoles la diferencia entre hombre y mujer es obligatoria. Añadiría incluso un espacio dedicado a la comunidad gay. Empezando por la consideración que, en general,  los españoles son más partidarios de la cantidad que de la calidad y que no son tan dependientes de las marcas como los italianos, podríamos decir que la mujer en general es más atenta a la ropa que el hombre.

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Si a ello le añadimos también que entre los jóvenes que tienen de 14 a 30 años, más o menos, el tener un medio de transporte propio es mucho más raro con respecto a los coetáneos italianos, la comodidad se vuelve una obligación. Y entonces nada de estilos formales y taconazos para el día. Las chicas más jóvenes optan preferiblemente por francesitas, botas planas, zapatos deportivos o zapatos con un poco más de altura que normalmente son más cómodos que bonitos, y vaqueros o leggins y bolsos de imitación piel. Tengo la sensación en general que la mayoría de los españoles no se fijan mucho en ciertos detalles que sim embargo los italianos tienen más en cuenta. Me refiero por ejemplo a la calidad de accesorios y zapatos. En España se vende muchísimo la imitación de piel. A pesar incluso de la gran calidad de la marroquinería española y de la existencia de toda una zona, en esta península -la del Levante- que se dedica al diseño, fabricación y distribución de zapatos.
Es increíble la cantidad de chicas que veo con bolsos, zapatos y cazadoras de simil piel. Además suelen llevarlo todo a juego en el mismo color. Hay tiendas que en España funcionan muy bien tipo Blanco en las que conviene entrar con un antifaz que nos impida respirar el aire que hay ahí dentro. Se trata de una mezcla entre el olor a petróleo y el ambientador que sinceramente dan ganas de salir corriendo. Una vez me compré ahí un foulard y tuve el armario oliendo así durante días. 

Otra cuestión a parte es la ropa que las mujeres llevan para ir a trabajar. La mujer española, para la oficina, normalmente elige unos atuendos más cuidados. Personalmente considero que cadenas como Zara, con sus numerosísimas propuestas a precios asequibles (en España los precios de estas tiendas suelen ser más bajos que en el resto del mundo), contribuyeron notablemente a la difusión de cierto buen  gusto sin necesidad de gastarse un dineral en ropa.

Sin embargo me parece notar cierta falta de criterio en el distinguir los tejidos de invierno de aquellos más adecuados para primavera o verano. Me pregunto por qué motivo Zara -y todas las demás cadenas españolas (y no sólo), en invierno, proponen e incluso consiguen vender, tantas prendas básicas en algodón (y no me refiero a camisetas sino a cardigan e incluso jerseys gordos). Me imagino que incluso en las regiones más cálidas de España, en invierno sea necesaria la lana. Y no creo que el abuso de algodón en invierno -sólo y siempre- sea debido a una cuestión de intolerancia personal hacia la lana. Me sorprende incluso ver a gente con cazadoras de simil piel o de algodón salir así cuando fuera no llegamos a los 3 grados, u hombres con los mismos calcetines gordos en invierno y en verano...

Y hablando de hombres, el hombre español, por lo que a moda se refiere, es mucho menos exigente que el italiano. Tengo la sensación que le tenga cierto miedo al 'arreglarse' ya que, según él, su virilidad podría resultar afectada negativamente.

En general, hay muchos más omosexuales que etero que siguen los diktat de la moda y que se preocupan por su cuerpo, por su estética y que, en general, se atreven más y son más creativos con la ropa.

El resto de los hombres prefiere los vaqueros o los chinos con un polo, camisa de cuadros o camiseta de colorines con alguna frase irónica sobre mujeres, sexo, alcól o en algunos casos incluso camisetas que anuncian cervezas. Zapatos de Camper o deportivas. Cuanto más desgastados mejor. El hombre que por trabajo tiene que llevar un traje, en cambio, se siente casi 'castigado', y parece querer demostrar su rebelión a través del 'multicolor' en la elección de la camisa, de la corbata y de los zapatos. me parece que, si para el hombre español, el vestirse 'de hombre' es un poco una tortura, para el italiano, en cambio, es un honor.


Hasta aquí la primera parte de esta reflexión. En la segunda parte hablaré de la unicidad y originalidad de italianos y españoles. Estoy deseando saber vuestra opinión al respecto y leer vuestros comentarios!